Los árboles que han sido trasplantados pasan por situaciones de estrés que se ven reflejadas en el follaje, puesto que gastan todo su esfuerzo de recuperación en las raíces para sostenerse en pie, por lo cual los cuidados se concentran en los siguientes cuatro acciones:

Podas: durante el traslado algunos individuos arbóreos pueden sufrir fracturas en las ramas, por tal motivo es conveniente realizar podas correctivas con el fin de darle forma adecuada.

Cicatrización: cuando el árbol sufre lesiones fuertes en el tronco, se debe realizar la limpieza del área y pulir la parte desgarrada para acelerar la cicatrización en forma adecuada, así se evitará que el árbol se infecte o presente pudrición posterior.

Riego con agua limpia: el corte de raíces hace que el árbol se deshidrate fácilmente y pierda humedad. El agua ayuda a que los nutrientes del suelo y los que hayan suministrado tengan mayor absorción.

Fertilización: a los tres o cuatro meses de trasplantados se fertilizan nuevamente y, posteriormente, cada 6 meses durante 2 años.

 

El principal cuidado que,  como ciudadano,  puedes tener con los árboles trasplantados es respetar los cerramientos y no colocarles objetos cerca. Así, ayudarás a que estos individuos puedan recuperarse y a hacer su aporte ambiental por mucho más tiempo.

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